CONVERSACIÓN EN LA UNIVERSIDAD: HABLANDO CON JUANCHO

“Recuerdo que el Ing. Giuffra estudió en la misma promoción que Jorge de Lozada y Puga, hijo del segundo decano; ellos acabaron en el año 46. También estudiaron acá Miguel Angel Cussianovich, Contralor de la República y José Benavides Muñoz, pero sólo hasta cuarto año, después se fueron a la UNI.”

Iqueño, alegre, moreno y aliancista de corazón: Juancho es conocido por todos en la Facultad de Ingeniería… No siempre ha vendido papel Canson: “Yo trabajaba con el Padre Alarco, que era Ingeniero, en la Junta Pro desocupados, cuando se fundó la Facultad, me pidió que siguiera trabajando con él. Empecé a trabajar el 1° de Abril de 1933, la Facultad recién empezó 15 de ese mes, en su local de Antonio Miro Quesada 488, junto al Ministerio de Economía: yo era el que hacía los repartos, traía los cuadernillos de la casa de los profesores, jefes de prácticas, todo en ómnibus, recién el año 57 empecé a trabajar en camioneta cuando nos vinimos acá. El Ing. Ricardo Rey era el decano, y gracias a donaciones construyó estos pabellones, también consiguió tres camionetas, un tractor y máquina IBM, también le regalaron esos relojes IBM que antes todos los salones tenían; al Ingeniero Rey era bien activo, mandaba cartas y le hacían donaciones, ahora la cosa está muy difícil”.

“Recuerdo que el actual rector, José Tola, era bien hábil, ha seguido dos carreras a la vez, de matemáticas en San Marcos y de Ingeniería Civil aquí, era bien rápido multiplicando, le ganaba a cualquiera que tenía regla de cálculo. Es de la primera promoción, junto con Félix Remy, Luis Noriega, Enrique Olazábal, Miguel Villagarcía, Luis Becerra Lanfranco… esa promoción era de 40 alumnos. El Ingeniero Guzmán Barrón es de la promoción del Ingeniero Chereque, de Jorge Solís ellos acabaron el 61.”

“Los estudios eren fuertes, las promociones eran de 5 ó 7, no ves que jalaban duro?, todo el año, eran como 23 ó 24 prácticas por año, te descontaban por faltas; cuando dabas aplazados en Marzo, si no aprobabas, tenías que repetir con todos los cursos de nuevo, por eso un montón se iban a la UNI. Por eso Obando ha pasado bastante para acabar, ¿no ves que ha sido pobre? él estudiaba y trabajaba a la vez. Las clases eran de 8 a 12, de 2 a 6 las prácticas, no había tiempo para trabajar, Pedro ha trabajado haciendo en oficinas, dibujo lineal, también metrados, ahora no hay tanta exigencia, no descuentan por faltas…  Pedro ha hecho de 2 en 2 años la carrera. Los sábados también había clases, y los domingos pre-militar, con uniforme y todo.”

“Antes no dejaban cortar el pelo (a los cachimbos), se venía con terno y corbata, los exámenes de ingreso eran orales, en la pizarra, se cerraba la reja a las 8, y no se podía entrar hasta la otra hora, ya desde ahí teníamos la campana, que está acá, esa la hemos traído de Lima. Eso fue hasta que vinimos acá, en esa época solo había 2 edificios, el de nosotros y el del Ruso, ahí funcionaba Agronomía, después el Decano le alquiló ese local, que era un salón, el Ruso vendía helados en su carretilla de D’Onofrio, él venía hasta acá, hace como 20 años, si el Ruso ya está con plata, porque la comida rinde duro”.

Campana de la Facultad de Ciencias e Ingeniería (Créditos: Repositorio PUCP)

“El Ing. Jorge Solís era un fenómeno, bien hábil, acababa las prácticas y se paseaba en el patio, también José Tola, él y la primera promoción se han amanecido durante todo un fin de semana para terminar su tesis, porque antes era como un curso, por eso arriba – en la biblioteca – hay tesis a lápiz. La ley aprista del 46 cambió todo, por eso un montón deben tesis. Obando ha presentado su tesis hace poco, porque pidió concreto y no sé si le tocó la Plaza de Armas o San Martín bajar, todo, un estacionamiento subterráneo creo, entonces demoró bastante tiempo, pero luego cambió de tesis”.

“De deportes, recuerdo esa vez de la I Olimpiada Inter-Universitaria en que después de una pelea con los de San Marcos, velamos el bombo que les habíamos quitado en el Estadio Nacional. El velorio fue en la plaza Francia y al final cada alumno salió con un pedazo del bombo prendido en la solapa del terno; esos años sí eran buenos”.

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